30 de septiembre 2013
MI REFLEXIÓN DE HOY...
El 30 de septiembre de
1791, en el Theater an der Wien de Viena (Austria) se estrenó “La Flauta
Mágica”, la última ópera compuesta por Mozart. Mientras esto sucedía, en París
se disolvía la Asamblea Nacional Constituyente y los parisinos resolvieron
encarcelar a Maximilien Robespierre y a Jerôme Petión.
De igual forma el 30 de
septiembre de 1765 nació en la villa de Valladolid, hoy Morelia en el estado de
Michoacán (México), José Maria Teclo Morelos Pérez y Pavón, así como 185 años
después nacía en Ciudad de México Laura Esquivel.
Estas fechas parecen poco
importantes para el común de los ciudadanos del mundo y en especial para los
latinoamericanos. Quizá incluso mis propios amigos y compatriotas ecuatorianos
se preguntarán ¿por qué recordarlos? ¿Qué carajo me importa saber a mí sobre
estos hechos y personajes si en realidad no tienen nada que ver conmigo?
Pues les contaré que si
nadie recordara que un 30 de septiembre de 1791, se estrenó la última ópera
compuesta por Mozart, de seguro que la humanidad entera se estuviera lamentando
el no poder disfrutar de una de las piezas musicales más hermosas e importantes
del mundo, así como Francia no hubiera logrado llegar a ser una de las más
prósperas naciones de la Europa Occidental y referente de la cultura del mundo
de no ser porque un 30 de septiembre dos grandes hombres como Robespierre y
Petión salieron a la luz como los líderes que transformaron la historia de la
democracia en el orbe.
También el nacimiento de
Morales en una villa del interior de México es un hecho que debemos recordar,
puesto que de no haberse producido, los mexicanos aún hoy seguirían estando
bajo el dominio del imperio español y América Latina se hubiera perdido a uno
de los más valiosos héroes y personajes de su historia moderna.
¿Y Laura Esquivel? Es una genial escritora que fue capaz de crear las historias
más apasionantes, mágicas y hermosas. De seguro los latinoamericanos nos
hubiéramos perdido el placer de deleitarnos con cada frase de “Como Agua para
Chocolate”, una de las obras primas más fascinantes que ha brotado de la
creatividad de este lado del mundo.
Por estos ejemplos y por
muchos otros, creo que es fundamental que los seres humanos aprendamos nuestra
historia. Es la única manera de tener bases, raíces, de aprender de nuestros
errores y principalmente de crecer.
Los hechos ocurridos en
aquel 30 de septiembre del 2010 en Ecuador deben llevarnos más allá de la
coyuntura política, pues no se trata de hablar de un determinado gobierno o de
un líder de turno, sino de que los pueblos que no conocen su historia y que no
la interiorizan, están destinados a la desaparición.
Por eso les invito hermanos
del orbe, desde esta mi esquina del mundo a que nos preocupemos más por
recuperar nuestro pasado, no para vivir anclados en él, sino para aprender de
él y mirar hacia adelante con una visión crítica, analítica y de país.
Recordemos las palabras del sabio francés Robespierre cuando dijo hace más de
doscientos años: "El secreto de la libertad radica en educar a las personas,
mientras que el secreto de la tiranía está en mantenerlos ignorantes."
Saludos,
Fabián Amores Núñez
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