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jueves, 10 de diciembre de 2015

ENTRE MEJÍA Y EL REGGAETÓN

26 de octubre 2013

La mañana de ayer, en un grupo de chat por Whatsapp, me enviaron una fotografía de la noticia publicada por un periódico acerca de la prohibición en Guatemala, vía decreto legislativo, del reggaetón y de todo tipo de música que denigre a la mujer desde cualquier óptica y que utilice palabras ofensivas.

De inmediato pensé en todo lo que en los últimos días ha pasado en nuestro país y en nuestro entorno latinoamericano y mundial.

Pues resulta que hace 200 años falleció en la gaditana Cádiz, el quiteño José Mejía Lequerica, uno de los compatriotas más importantes de todos los tiempos y muy poco valorado en nuestro propio país. Hay un cantón en la provincia de Pichincha que lleva su nombre y que de seguro muchos de sus habitantes ni saben bien decir quién fue. En Quito hay una calle y uno de los colegios públicos laicos más antiguos del país que llevan su nombre, pero al parecer para la mayoría de los capitalinos su nombre pasa desapercibido.

Todos han escuchado del "Patrón Mejía" y recuerdan las grandes broncas en las calles quiteñas de sus estudiantes con los del "Montalvo", otra institución educativa pública de renombre, pero nadie se preocupa en ir más allá del nombre para entender todo lo que ello significó para la historia no sólo de Ecuador, sino de España y de Europa entera.

Este quiteño (por haber nacido en la Real Audiencia de Quito), en 1777, se destacó como uno de los más importantes representantes de América ante las famosas Cortes de Cádiz (instaladas entre 1810 a 1814).

La invasión napoleónica acaecida en España en 1808 y la abdicación obligada del rey peninsular Fernando VIII en honor a José Bonaparte, hermano del "Gran Corso", como llamaban a Napoleón, fueron algunas de las razones para que la situación en América se empezara a transformar drásticamente. Junto a la imposición de una serie de medidas económicas, además de la decadencia de un imperio, motivaron a la creación de las denominadas Juntas Soberanas de Gobierno que efervecieron en toda América, desde Montevideo hasta Caracas. Pero en medio de esta ebullición de patriotismo con miras a defender a la "Patria Grande" de una invasión extranjera, apareció la figura de un joven quiteño más mestizo que criollo, que se fue a España como representante de Nueva Granada ante las Cortes de Cádiz, con el objetivo de defender los intereses tanto de la Metrópoli como de las colonias. Su participación en las Cortes no pasó para nada desapercibida, a tal punto que en la historiografía española sería imposible hablar de la primera constitución nacional sin referirse a un joven y perspicaz quiteño que hizo temblar hasta a los más recalcitrantes diputados españoles. Su verbo, elocuencia y fuerza de carácter que impuso respeto en el seno de las más acaloradas discusiones, lo hicieron merecedor de halagos por quienes lo apoyaron e improperios de quienes lo juzgaron y repudiaron. Lo increíble de todo esto es que aunque murió muy joven de fiebre amarilla, su legado sirvió para transformar los destinos de Europa y de América, ya que la Constitución Española de 1812, en gran medida impulsada por Mejía y otros americanos ilustres, sirvió para abrirle el camino a la Metrópoli para que pueda liberarse del dominio francés y a América para que pensara en su propia liberación.

Sin embargo, su nombre se ha perdido a lo largo de 200 años. En Madrid hay una calle y uno de los salones del ayuntamiento que llevan su nombre, en Cádiz hay un busto, pero en Ecuador, además de lo mencionado anteriormente, lo más importante es que su pueblo no lo identifica del todo, no lo valora.

Es interesante volver en este punto al tema inicial de mi reflexión, pues me refería al decreto que se ha aprobado en Guatemala para prohibir el reggaetón en las radios de todo el país por atentar contra el respeto hacia las mujeres. Y aquí me pregunto si las discusiones que hubieron hace 200 años en el Congreso de Cádiz fueron más trascendentes que las que se debaten en nuestros congresos de hoy.

Entrando a nuestro país, los días pasados han sido muy movidos en nuestra asamblea, donde el calor del debate se ha centrado en un tema quizá más polémico que la libertad de una nación, el aborto y entonces me cuestiono nuevamente: ¿qué ha pasado en estos doscientos años? ¿por qué si en la Constitución de Cádiz promulgada en 1812 ya se hablaba del respeto a derechos fundamentales e inalienables del ser humano hoy seguimos discutiendo asuntos que ya deberían estar superados? ¿Es que no se supondría que ya después de 200 años las mujeres de nuestro país deberían gozar de una vida mejor, con igualdad de derechos que los hombres? ¿Por qué aún seguimos discutiendo temas relacionados sobre violencia intrafamiliar o femicidio? ¿qué no se supone que ya debimos haber evolucionado como sociedad o sociedades?

Uruguay ya ha aprobado el matrimonio GLBTI y el consumo de marihuana mientras Guatemala, un pequeño país centroamericano por un lado crea una ley para prohibir un tipo de música que denigra a las mujeres mientras por otro, está a punto de darle la amnistía a Ríos Montt, el dictador que fue el responsable del genocidio de miles de indígenas mayas. ¿Qué nos está pasando como sociedades?



En Ecuador, luego de 200 años de lucha aún cada 6 de 10 mujeres son agredidas en sus hogares de todas las formas posibles. ¿De qué sirvió entonces la tarea de grandes hombres y mujeres que lucharon por transformar los destinos de la Patria Grande y hacernos libres si hoy en día apenas y sobrevivimos como mordaces animales?



Fabián Amores Núñez
14 de octubre 2013 

MI REFLEXIÓN DE HOY...

9 DE OCTUBRE...¿INDEPENDENCIA DE QUÉ?

Hemos llegado al día domingo, después de un feriado de tres días. Las carreteras que comunican a Quito con el resto del país de seguro habrán colapsado ante la desbandada de gente que habrá salido a disfrutar del feriado a su manera, sea a la playa, a la selva o a algún pueblo de los Andes. Me siento por un instante frente al televisor y lo que veo son imágenes totalmente intrascendentes para mi: fútbol, fútbol y más fútbol, seguido de violencia, accidentes y chismes del fin de semana. Todo presentado de la manera más burda por nuestros tristemente célebres medios de comunicación, que se llaman así, supongo, porque lo único que hacen es "medio-comunicar". Lo cierto es que esperaba ver algo respecto a la fecha que fue el pretexto para este feriado, es decir, el 9 de octubre de 1820, un día que significó el inicio de una nueva historia para nuestro país.

Resulta que la noche del 9 de octubre del citado año, un grupo de "pelucones" (llamados así por la costumbre de usar pelucas al estilo francés), se reunieron en la casa de las hermanitas Garaicoa y entre copas y valses firmaron el acta de Independencia de Guayaquil, según la cual se creaba la "República de Guayaquil". Este movimiento de ilustres porteños, liderados por el poeta y político José Joaquín de Olmedo, llevó a la conformación de uno de los primeros territorios libres de la Corona Española en tierras americanas. Sin embargo, mis preguntas son....¿de qué independencia hablamos?, ¿de qué se jactan los actuales "pelucones" guayaquileños que se la pasan toda una semana bombardeando en los medios con el tema del Guayaquil Independiente, Libre y soberano cuando la realidad de la urbe demuestra totalmente lo contrario? ¿De qué independencia de los guayaquileños hablamos cuando aún según la última Encuesta Nacional de Empleo del INEC del año 2012, la ciudad cerró con un índice de casi 14% de pobreza y más del 4% de pobreza extrema?

No entiendo a qué independencia se refieren o creo que es mejor preguntarnos...¿quiénes se independizaron de España? Pues mi análisis es que no fueron los guayaquileños en general ni mucho menos los habitantes de todas las regiones que formaron parte de la utópica República de Guayaquil los que lograron su independencia, sino un reducido grupo de comerciantes españoles, que nacieron en América, pero descendientes de españoles y que de un momento a otro decidieron dejar de serlo para convertirse en guayaquileños. Este paso de colonia a república no fue sino el simple cambio de patrono, pues luego de la independencia de uno de los mayores puertos y astilleros de América del Sur en el siglo XIX, los ñaños monos decidieron ayudarnos a los chullas quiteños a que lográramos safarnos del rollo que significaba España. Y en efecto, luego de un largo proceso de luchas y batallas, finalmente Quito y los Andes logramos nuestra también llamada "independencia" el 24 de mayo de 1822.

No obstante, tampoco fue una verdadera liberación, pues como mencioné anteriormente, lo único que realmente pasó es que un grupo de familias españolas, decidieron los destinos de un territorio conformado por más de 500 mil habitantes. Es decir que apenas un mínimo porcentaje de esa población se repartió todo el pastel y desde entonces empezó nuestra larga y tragicómica historia que hemos arrastrado hasta hoy.

Entonces mis preguntas son...¿por qué celebramos? ¿Es que acaso tenemos algo que celebrar? ¿por qué voy a celebrar la fiesta de una ciudad en la que aún existe miseria en las calles u oculta entre manglares o detrás de ese espejismo creado por su benemérito alcalde llamado "regeneración urbana"?

Es lindo ir al malecón a ver los fuegos pirotécnicos, o ver el desfile cívico que pasan por la tele, pero ¿y qué pasa con la desigualdad?

Pues resulta que mientras hay familias ecuatorianas, que con justo derecho salen huyendo de sus ciudades para disfrutar de su feriado en compañía de sus familiares o amigos, o mientras millones de hinchas del fútbol sudaban y gritaban en cada minuto del partido contra Uruguay, aún existe gente que tiene que buscar la forma de seguir sobreviviendo.

Por otro lado, tenemos a un grupo de compañeros amazónicos que aún siguen luchando por defender a su selva amada, por reivindicar sus derechos frente a las atrocidades y abusos del poder de CHEVRON TEXACO, así como tenemos a cientos de compatriotas que viven en la frontera con Colombia y que sufren de terribles enfermedades causadas por las aspersiones criminales de glifosato de las que fueron víctimas durante la aplicación del macabro PLAN COLOMBIA, tema del que por cierto, a ninguno de los "nuevos ambientalistas" les he oído hablar.....

Creo amigas y amigos que fechas como esta del 9 de octubre, deben invitarnos, no sólo a la farra, al derroche, a la joda o a la francachela, sino principalmente a reflexionar sobre lo que ha sido nuestra tragicómica historia....Ese es el ejercicio que pienso deberíamos hacer todos los que amamos a esta Tierra que nos vio nacer, crecer y que ahora nos ve realizarnos como profesionales, pero ojalá también como mejores seres humanos....


Fabián Amores Núñez
30 de septiembre 2013

MI REFLEXIÓN DE HOY...

El 30 de septiembre de 1791, en el Theater an der Wien de Viena (Austria) se estrenó “La Flauta Mágica”, la última ópera compuesta por Mozart. Mientras esto sucedía, en París se disolvía la Asamblea Nacional Constituyente y los parisinos resolvieron encarcelar a Maximilien Robespierre y a Jerôme Petión.

De igual forma el 30 de septiembre de 1765 nació en la villa de Valladolid, hoy Morelia en el estado de Michoacán (México), José Maria Teclo Morelos Pérez y Pavón, así como 185 años después nacía en Ciudad de México Laura Esquivel.

Estas fechas parecen poco importantes para el común de los ciudadanos del mundo y en especial para los latinoamericanos. Quizá incluso mis propios amigos y compatriotas ecuatorianos se preguntarán ¿por qué recordarlos? ¿Qué carajo me importa saber a mí sobre estos hechos y personajes si en realidad no tienen nada que ver conmigo?

Pues les contaré que si nadie recordara que un 30 de septiembre de 1791, se estrenó la última ópera compuesta por Mozart, de seguro que la humanidad entera se estuviera lamentando el no poder disfrutar de una de las piezas musicales más hermosas e importantes del mundo, así como Francia no hubiera logrado llegar a ser una de las más prósperas naciones de la Europa Occidental y referente de la cultura del mundo de no ser porque un 30 de septiembre dos grandes hombres como Robespierre y Petión salieron a la luz como los líderes que transformaron la historia de la democracia en el orbe.

También el nacimiento de Morales en una villa del interior de México es un hecho que debemos recordar, puesto que de no haberse producido, los mexicanos aún hoy seguirían estando bajo el dominio del imperio español y América Latina se hubiera perdido a uno de los más valiosos héroes y personajes de su historia moderna. 

¿Y Laura Esquivel? Es una genial escritora que fue capaz de crear las historias más apasionantes, mágicas y hermosas. De seguro los latinoamericanos nos hubiéramos perdido el placer de deleitarnos con cada frase de “Como Agua para Chocolate”, una de las obras primas más fascinantes que ha brotado de la creatividad de este lado del mundo.


Por estos ejemplos y por muchos otros, creo que es fundamental que los seres humanos aprendamos nuestra historia. Es la única manera de tener bases, raíces, de aprender de nuestros errores y principalmente de crecer.

Los hechos ocurridos en aquel 30 de septiembre del 2010 en Ecuador deben llevarnos más allá de la coyuntura política, pues no se trata de hablar de un determinado gobierno o de un líder de turno, sino de que los pueblos que no conocen su historia y que no la interiorizan, están destinados a la desaparición.

Por eso les invito hermanos del orbe, desde esta mi esquina del mundo a que nos preocupemos más por recuperar nuestro pasado, no para vivir anclados en él, sino para aprender de él y mirar hacia adelante con una visión crítica, analítica y de país. Recordemos las palabras del sabio francés Robespierre cuando dijo hace más de doscientos años: "El secreto de la libertad radica en educar a las personas, mientras que el secreto de la tiranía está en mantenerlos ignorantes."


Saludos,

Fabián Amores Núñez
REFLEXIÓN

27 de agosto 2013 

Defiendo a la Pachamama, pero a la vez soy culpable de lo que le pasa ahora, como lo somos cada uno de los ciudadanos del mundo. El mismo hecho de existir ya es atentatorio contra ella, porque como ser humano necesito de sus recursos para poder sobrevivir. Yo creo en la democracia y firmemente apoyo a que si el pueblo quiere consulta sobre el Yasuní, entonces que se haga todo bajo el debido proceso, pero lo que no tolero es ver que algunos de los que se dicen ecologistas no son más que noveleros que ni siquiera saben dónde queda el Yasuní ni cuál es su importancia real, no conocen quiénes son y cómo se llaman los pueblos no contactados y lo peor de todo es que se dejan llevar por la euforia del momento y actúan con violencia. Creo que esa no es la forma de pedir lo que quieren. Sean más inteligentes y recojan las firmas organizadamente, presenten a la Asamblea Nacional y sometamos a decisión de todos, pero también me parece tenaz por lo que vi hoy que muchos de los ecologistas consumen ropa de marca, zapatos Reebok o Adidas que son hechos a base del sufrimiento de miles de personas en el mundo que mueren en las maquilas en las Filipinas, La India, Bangladesh o China. Hay una guerra a punto de estallar en el Mundo Árabe, otra vez las potencias van a invadir a estos países soberanos y todo por la ambición del poder. Cada vez más palestinos son asesinados por los israelitas y en las costas africanas, barcos de las potencias se roban sus recursos pesqueros. Y a eso nadie le da la suficiente importancia. Ya los politiqueros de siempre han salido a la luz y ahora resulta que son más verdes que el mismo gobierno. Por favor, hermanos, reflexionemos realmente, investiguemos más, leamos más, no nos dejemos llevar por meros apasionamientos que vengan de un lado o del otro. Pensemos en la miseria que aún existe en la Amazonía, en la pobreza, en la falta de recursos, de una vida digna...Pensemos en que a fin de cuentas, todos somos ECUADOR.